viernes, 20 de enero de 2017

Digital. ¿Qué tiene que ver esto con mis trenes?

En esta entrada pretendo hacer una pequeña diferenciación entre el modelismo analógico y el digital muy por encima y sin entrar en detalles. Evidentemente esto es lo más básico para quien conoce el mundillo pero puede ser un escollo inicial para aquel que no lo entienda y que por los azares de San Google se pase por aquí.

Analógico


Entendemos por modelismo analógico (o que tenemos una maqueta de trenes analógica) a aquel de toda la vida: un transformador que da corriente continua a la vía desde 0 voltios a 16 voltios. En la vía una locomotora con un motor recibe ese voltaje y cuanto mayor sea este más correrá y cuando menor, increible pero cierto, más despacio irá.

Transformador Ibertrén. Imagen sacada de internet.
Exactamente igual que en nuestros coches de Scalextric con la diferencia que en este caso un pequeño interruptor junto al potenciómetro nos permitía cambiar de sentido de un tren que se conseguía cambiando la polaridad por lo que el motor giraba en sentido contrario.
Ventajas del analógico: es más sencillo que el mecanismo de un chupa-chups (ojo que en este caso sencillez no es sinónimo de algo malo o negativo).
Desventajas: al menos para mí, todas las demás. Veremos más adelante.

Contrariamente a lo que yo pensaba, y que el analógico se estaba convirtiendo en algo residual dentro de la afición, no hace mucho vi un gráfico que me tiró la realidad a la cara: el porcentaje de aficionados que no se pasaban a digital era muy importante y nada despreciable. He estado intentando buscar datos recientes en este aspecto pero sin suerte.


Digital


En la maqueta digital el transformador no alimenta directamente a la vía sino que alimenta a una central digital y esta es la que está conectada a los raíles. Además de voltaje, en este caso siempre 16 voltios de corriente alterna pulsante, envía información digital que será leída por un nuevo componente en la locomotora que nos cansaremos de nombrar: un deco, decoder o decodificador. Este decodificador tiene conectado a sus salidas el motor, luces, sonido (sí, sonido) o cualquier otra función que se nos ocurra. El deco "traduce" lo que le viene de la central y actúa en consecuencia: si la central le dice al deco de cierta locomotora que encienda la luz la encenderá y hará solo eso.
Decoder DCC. Imagen sacada de internet


La revolución: sus pros y contras


Esto, si lo pensamos, es una autentica revolución en nuestra maqueta. Me explico.

Supongamos que tenemos un pequeño óvalo en una instalación analógica y sobre la vía con el regulador metemos voltaje, por ejemplo, al 50% de lo que indica el potenciómetro de Ibertrén de la imagen anterior. Esto hará que todas las locomotoras que estén en la vía marchen a la vez y enciendan a la vez sus luces y cualquier otro accesorio que tengan (fumígeno, o cualquier otra cosa). Si bajamos la velocidad igualmente afecta a todo el material móvil que tengamos en la vía.

Cuando queríamos que dos locomotoras tuviesen comportamiento independiente aislábamos dos tramos de vía y a cada uno le asignábamos un transformador para ese tramo solo; en el caso del Iberama 560 del que hablé en una entrada anterior, el óvalo exterior estaba asignado a un transformador y el interior, aislado del primero, a un segundo transformador. Esto nos permitía hacer circular dos trenes independientes pero no más pero haciendo "trampas" (había otra opción más a través del uso de catenaria, pero no vamos a liarla más).

La revolución es que yo ahora en el mismo tramo de vía puedo tener 1000 locomotoras (literal, cualquier central hoy en día nos permite al menos 10000 direcciones de accesorios) y decirle a una que haga tal cosa y solo una cosa sin que afecte al resto de sus funciones. Esto además no se limitará solo a locomotoras sino cualquier sitio donde podamos meter un decodificador: vagones para alumbrado o apertura de puertas, programar y accionar cambios de vía, iluminación de la maqueta, etc.

Y podemos complicarlo aún más. No solo la central digital "le habla" a la maqueta sino que los componentes de esta pueden mandar a la central diversa información de, por ejemplo, estado de ocupación de una vía (retroalimentación).

Para liarla un poco más la central puede conectarse a cualquier ordenador que con el programa adecuado nos ayuda a controlar nuestra maqueta y en el caso extremo automatizarla completamente.

El coste de la panacea


Lógicamente esta maravilla tiene una pega. Todo el material motor que quiera andar por una maqueta digital debe estar preparado para ello y no es barato (un decodificador de locomotora sencillo puede tener un coste aproximado que va desde los 20-25€). También cualquier accesorio, cambio, semáforo debe estar conectado a un decoder para que pueda hablar con la central.

Además, y contrariamente a como se intentaba vender inicialmente el digital, todo esto implica mayor complejidad en el conexionado y cableado de nuestra maqueta ya que, aunque teóricamente solo se necesitan tres cables para conectar la maqueta con la central, la realidad nos baja los humos y del lío de cables no nos libra nadie.

Palabro: DCC


Tras este somero repaso a las diferencias entre analógico y digital, hay una palabra que ya he comentado y que no he definido: DCC.

DCC es el protocolo o lenguaje que utiliza la central para comunicarse con todos los accesorios. A día de hoy es un estándar de facto en escala N aunque no siempre fue así ya que al principio de esta tecnología cada fabricante se empecinaba en sacar su propio lenguaje incompatible con los demás (¿a alguien le suena aquello del VHS, Beta y 2000 en los vídeos caseros?). Otros protocolos utilizados pueden ser FMZ (Fleischmann), Selectrix, Motorola, etc. (En la escala H0 aunque DCC tiene también una parte importante del pastel, el gigante Marklin con su protocolo MFX no le va a la zaga a aquel -paro igual no vaya a ser que me meta en un charco descomunal por mi desconocimiento de cómo está el patio hachecerino-).


Nota: en adelante, y aunque no lo indique, cuando hable de digitalización se entiende que siempre me referiré al protocolo DCC que es el que usa mi central y accesorios y es el único que utilizo.

Acabando que es gerundio


Como ya indiqué la aparición de lo digital supuso para la afición toda una revolución. Además, como todas las tecnologías digitales, los avances y novedades son constantes (y un sufrimiento para nuestros bolsillos). Lo bueno es que poco a poco la tecnología hace las cosas más accesibles y no solo eso: esta evolución y estandarización de componentes hace que no solo sea posible que nos podamos hacer nuestras propias montañas sino que podamos llegar a hacernos nuestros propios componentes digitales.

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